miércoles, 15 de enero de 2014

    

La llegada a casa de nuestro cachorro





Tu pequeño amigo ha tenido un día muy duro; de repente se ha visto separado de sus hermanos de camada, de su mamá, de su casa y de su ambiente.
Todo ello y las muchas emociones del viaje, olores y ruidos nuevos, personas a las que no conoce, contribuyen a causarle estrés y sería comprensible que al llegar a su nueva casa, se encuentre un tanto apesadumbrado, nervioso, asustado y retraído.
Debemos permitirle que olfatee, explore y corretee su nuevo hogar. Dándole nuestro cariño y confianza.

Para dormir: lo ideal es una cama canina. Durante las primeras noches el cachorro puede mostrarse intranquilo, le resultará difícil dormir e incluso gemirá cuando se quede solo. Para reconfortarle, colocaremos un trozo de sábana, tela o algún objeto que conserve el olor de su madre. Situar cerca de su cama un reloj, ya que el sonido de éste le recordará el latido del corazón de su madre.

Para pasear: el collar conviene que sea de nylon y que permita su regulación ante los cambios de tamaño en los primeros meses. No olvides la chapa de identificación. La correa debería ser extensible de por lo menos tres metros para darle libertad.

Para comer: es conveniente contar con dos platos uno para comer y otro para beber, lo ideal es que sean pesados, donde siempre tendrá agua fresca y abundante y comida a las horas que corresponda. Has de tener preparado alimento sólido, cualquier profesional te venderá el tipo de pienso más adecuado. Quizá en un principio tendrás que darle en alimento ablandado con un poco de agua hasta que le salgan todos los dientes.

Higiene: hasta que el cachorro no haya aprendido hacer sus necesidades acostumbrarle hacerlo en una hoja de periódico. Cuando hayan pasado unos quince o veinte minutos, ve a recogerle y si ha hecho sus "cositas" ya lo puedes sacar de allí. Si no, vuelve a dejarle dentro y de nuevo cierra la puerta tras de ti. Insisto en ello porque de lo contrario, es casi seguro que ese primer pipí o esa primera cacota acabarían produciéndose en cualquier otro lugar y como los perros son animales de costumbres... ese “otro” sitio concreto que hubiera elegido él (no tu) para convertirlo en su W.C. particular, tal vez no sea, ni mucho menos, ¡el más adecuado!

Juguetes: obsequia a tu cachorro con un aro de goma dura, nunca pelotas puesto que éstas son peligrosas. Se le fortalecerán los dientes jugando con el aro.

Deberemos llamarlo por su nombre y empezar a utilizar; el “NO” rotundo y tajante cuando intente hacer algo indebido y el “Muy Bien” para premiarlo por una buena conducta, con comida o mimos.

Su veterinario elaborará su cartilla de vacunación y nos resolver todas las dudas que nos hayan podido surgir.

Y ahora viene lo mas importante disfrutar y cuidar a vuestro nuevo miembro de la familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario